Inquisición en el sistema educativo
DIARIO DE CENTRO AMERICA
GUATEMALA. 17-08-2010
Sección: Opinion y Análisis Columna: La Conversa.
Un amigo puso en mis manos un acta emitida por un establecimiento educativo emitida el mes pasado, por medio de la cual se expulsa a una joven y un joven, estudiantes de sexto magisterio en Barillas, Huehuetenango. El motivo, la circulación por internet de un video en el cual esta pareja aparece ejerciendo su sexualidad. Según me informa la persona que me lo compartió, ellos eran novios y no sabían que otros jóvenes los estaban filmando.
Pero el claustro de catedráticos, actuando como jueces inquisidores dictaminan “por las escenas fuertes que se presentan que incluyen sexo oral y relación sexo-genital, en diferentes posiciones, las cuales van en perjuicio del establecimiento y por supuesto, en contra de las normas morales establecidas por la sociedad…”. ¿Acaso no son más fuertes las imágenes que la televisión nacional transmitió cuando jóvenes encarcelados asesinaron a un profesor y luego exhibieron su cabeza? Me pregunto: ¿por qué el ejercicio sexual nos causa tanto horror? En el punto quinto el acta indica: “El claustro de catedráticos manifiesta que, pensando en el bienestar de los estudiantes y por higiene mental, evitando un posible trauma, burlas u ofensas de sus compañeros, ya que las escenas que exhiben son fuertes y condenables por la sociedad barillense, es preferible que ya no continúen estudios en este establecimiento…”, es decir, se condena a los jóvenes que son víctimas de sus compañeros. ¿Por qué no investigaron a quiénes los filmaron?
Cuando leo este texto pienso que es un guión de telenovela, producto de la imaginación de algún escritor enfermizo, pero no, esta es nuestra realidad. Vivimos un mundo de hipocresía, en el cual pesa el viejo dicho de “el escándalo es el malo”. El Internet vino a revolucionar el mundo de las comunicaciones, en cuanto a la velocidad en que se transmite, y el acceso que miles de personas tienen para “publicar”. El rumor como mecanismo para desprestigiar a otros ha existido siempre y la posibilidad de hacer daño a otros también.
Sin embargo, en la medida que contamos con estos medios, la agresión a otros puede ser más eficaz. Los jóvenes que transmitieron este video evidencian la herencia recibida de la generación anterior, es decir, concepciones de la sexualidad como algo morboso, pérfido y degradante. Quizá lo concibieron como una broma pesada, pero la misma tuvo consecuencias muy duras para las víctimas.
Si bien es condenable la actitud de quienes filmaron el video, es más preocupante la reacción del claustro de catedráticos. Me parece que es hora de que el profesorado se capacite en sexualidad humana para transmitir a las/os estudiantes una concepción de sexualidad basada en derechos humanos y evitemos reaccionar con moralismos e hipocresía.
Por: Olga Villalta
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